Numerosos estudios determinan que los polisacáridos presentes en las setas pueden influir en la microbiota intestinal y ejercer un efecto prebiótico, además de influir en la obesidad, la enfermedad inflamatoria intestinal y el cáncer.

Las setas han formado parte de la alimentación humana durante miles de años por sus propiedades medicinales. Concretamente, aquellos pertenecientes a los géneros como Ganoderma, Pleurotus, Boletus, Inonotus, Grifola y Armillaria se han utilizado por sus actividades antivirales, antimicrobianas, antiinflamatorias, hipocolesterolémicas y antitumorales, entre otras. Sin embargo, el efecto beneficioso en el mantenimiento de la salud de los consumidores, como prebióticos y complementos alimenticios, ha sido estudiado y demostrado en las últimas décadas.

Contienen una variedad de compuestos de gran interés debido a su alto contenido en polisacáridos, proteínas, vitaminas, minerales, oligoelementos y antioxidantes. Cabe destacar que los principales componentes bioactivos, es decir, aquellos que ejercen funciones que promuevan salud del organismo, se localizan en las fracciones de polisacáridos, como el PSK. Numerosos estudios determinan que los polisacáridos presentes en las setas pueden influir en la microbiota intestinal dependiendo de su estructura y de su grado de solubilidad. La influencia de las setas en la microbiota intestinal reside, principalmente, por el hecho de que los polisacáridos son resistentes a las enzimas digestivas humanas del estómago y del intestino. Como resultado, estos dichos pueden llegar al colon y ciego como prebióticos, es decir, pueden ser utilizados como fuente de energía en ser fermentados selectivamente por la microbiota colonizada en el tracto gastrointestinal. A su vez, se producen determinados metabolitos específicos en esta reacción, como son los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), los cuales desempeñan un papel clave en la capacidad de activar vías de señalización celular involucradas en la homeostasis metabólica y respuesta inmune del huésped.

Concretamente, la gran mayoría de los polisacáridos de los hongos son fibras insolubles (celulosa y lignina), y solo una pequeña parte son β-glucanos (beta-glucanos), unos compuestos bioactivos que forman la estructura de la pared celular de las setas y son los responsables de ejercer potentes funciones en el organismo. Por ejemplo, favorecen la multiplicación de cepas beneficiosas para el huesped del género Lactobacillus, lo que sugiere que tienen aplicaciones potenciales como prebióticos y fibra dietética. En este sentido, poseen actividades como la inmunomodulación, acción antitumoral y antiinflamatoria, de protección cardiovascular, ejercen un papel en casos de obesidad y pueden regular la glucosa en sangre.  Además, existe cierta evidencia científica que desempeñan un papel importante en la mejora del aprendizaje y actúan en contra del deterioro de la memoria. Por otro lado, existen estudios sobre los beta-glucanos en los que se relaciona su efecto sobre síntomas propios de alergias: rinitis, conjuntivitis, picazón de ojos y garganta, etc. 

Si bien es cierto que las setas cultivadas pueden estar disponibles en cualquier momento y prácticamente en todos los lugares, la mayoría de las setas silvestres solo están disponibles durante los meses de otoño. Y éstas últimas son las que contienen mayores beneficios.

Melena de león (Hericium erinaceus)

Las setas son un alimento bajo en histamina y, por lo tanto, se pueden incluir desde la primera fase de la dieta baja en histamina. Tal y como comentamos en el artículo sobre “¿Qué sustancias pueden actuar como antihistamínicos naturales?”, concretamente el extracto de champiñón del sol posee funciones antihistamínicas y antitumorales. Aunque el efecto terapéutico se consigue a elevadas concentraciones, es interesante incluir las setas en la alimentación. Algunos ejemplos para incluirlas podría ser un risotto, revuelto de yemas, croquetas, rellenas de soja texturizada o pollo con queso vegano o, incluso, una crema templada.

Otro de los hongos más interesantes y peculiares es la Melena de León (imagen izquierda). Sus propiedades han animado a muchos grupos de investigación a sumarse en su estudio, pues se ha relacionado con la conexión del eje intestino-cerebro y en la neurogénesis. Concretamente durante este año 2022 hemos llevado a cabo un estudio clínico con pacientes de AD Dietsitas para evaluar el efecto de este hongo encapsulado en la salud intestinal de pacientes con síntomas característicos del déficit de DAO. Hemos hecho un seguimiento durante 3 meses a dos grupos de intervención en los que se les ha administrado, además de una dieta baja en histamina, melena de león con enzima Diamino Oxidasa y en otro grupo solamente enzima Diamino Oxidasa. A todos los participantes se les ha analizado cada mes diferentes parámetros analíticos para estudiar su evolución dependiendo del tratamiento recibido. Los resultados están siendo prometedores y deseamos publicarlos en breve.

Bibliografía

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