Lazarus y Folkman consideran que, cuando una persona se enfrenta a una situación determinada, valora la cantidad de peligro potencial, así como los recursos disponibles propios para hacer frente a esa situación. Por lo tanto, las personas experimentan estrés en la medida en que perciben que la amenaza o el peligro excede sus recursos disponibles para hacer frente a la situación. El estrés es, entonces, el producto de la relación entre la persona y el entorno o la situación, el cual puede ser valorado como peligroso, amenazante o desafiante.
En la población que presenta afectación a nivel de salud, bien sea una enfermedad crónica o un trastorno que comporte cambios en su vida diaria, los niveles de estrés tienden a estar presentes desde los inicios del diagnóstico y a lo largo de toda su evolución, debido a que se considera estresante el solo hecho de padecer una enfermedad crónica o un trastorno digestivo que comporte cambios en la elección alimentaria que establecía habitualmente. Se considera que, el estrés puede afectar el control metabólico directamente a través de procesos psicofisiológicos o indirectamente alterando la adherencia a las conductas pilares del tratamiento.
Estilo de afrontamiento a la enfermedad o trastorno (coping)
El estilo de afrontamiento al estrés que tiene una persona es una variable que ha sido ampliamente vinculada con la adherencia al tratamiento de una enfermedad. Entendemos afrontamiento como los esfuerzos que se hacen para controlar, reducir o aprender a tolerar las amenazas que conducen al estrés.
Los estilos de afrontamientos se pueden considerar como disposiciones generales que llevan al individuo a pensar y actuar de forma más o menos estable ante las diferentes situaciones. Los estudios realizados ponen de manifiesto que la utilización de estrategias de afrontamiento activas, es decir, aquellas que están orientadas o dirigidas a solucionar con todas sus fuerzas el problema, están asociadas a un mayor bienestar. Por el contrario, las estrategias centradas en las emociones o evitativas parecen estar asociadas a un mayor malestar.
Centrándonos en el proceso de afrontamiento, se han elaborado dos conceptos en cómo las personas afrontan una situación o una enfermedad:
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El afrontamiento centrado en la emoción
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El afrontamiento centrado en el problema
El afrontamiento centrado en las emociones tiene como característica regular conscientemente las emociones que causa el estrés. Se busca regular la emoción causada por el estrés. El afrontamiento centrado en las emociones es más útil cuando el individuo evalúa la experiencia como una actividad para la cual no se puede hacer nada para modificar el evento o el factor estresante, o cuando el factor estresante es transitorio y se resolverá por sí mismo.
Existen muchas estrategias de afrontamiento de este tipo, la mayoría de las cuales implican procesos cognitivos dirigidos a disminuir la angustia emocional. Estas estrategias incluyen la evitación, la minimización, el distanciamiento y la búsqueda de valor positivo en los eventos negativos.
El afrontamiento centrado en el problema persigue el objetivo de que la persona desarrolle un plan de acción para enfrentarse al estrés y poderlo solucionar. Se intenta manejar el problema que lo origina. El afrontamiento orientado a los problemas tiene como objetivo resolver el problema que enfrenta la persona y es más probable que se use cuando el factor estresante es evaluado por el individuo como susceptible de cambiar.
La mayoría de personas emplea las dos estrategias: centrada en las emociones y centrada en el problema. Frecuentemente cuando se cree que las circunstancias no se pueden modificar se emplea la centrada en las emociones y cuando se piensa que se puede modificar la situación se utiliza las estrategias centradas en el problema.
El afrontamiento centrado en el problema puede afectar el control del trastorno o la enfermedad ya sea inhibiendo o estimulando la adherencia al tratamiento dietético. Este estilo de afrontamiento puede favorecer la resolución de problemas y facilitar cambios conductuales que son necesarios para llevar el tratamiento de la dolencia.
Contrariamente, el afrontamiento centrado en la emoción, se asocia con resultados negativos de salud, incluyendo el no cumplimiento del tratamiento propuesto. Boland & Grey, informaron que, el afrontamiento centrado en la emoción se asocia con resultados negativos de salud y probablemente sea porque la afectación emocional bloquee la conducta de mejora del trastorno.
En aquellos casos donde los síntomas del déficit de DAO han permanecido durante mucho tiempo sin diagnosticar, afectando la calidad de vida de la persona, nos encontramos que, paralelamente han afectado también el estado emocional del individuo de forma que, incluso, una vez mejorada la sintomatología clínica ocasionada por el déficit de DAO, la persona se encuentra con un nivel de temor o tensión intensa para hacer frente a su vida. Son aquellos casos donde por ejemplo la migraña ha anulado los objetivos de la vida diaria y cuando experiemntan un estado de mejora tras el tratamiento, la afectación emocional perdura por tener que hacer frente a actividades o áreas que tuvieron que aparcar por la dolencia o sintomatología. La gestión y afrontamiento emocional en estos casos es importante para poder ayudar en el afrontamiento de la vida diaria.
Si te han diagnosticado déficit de DAO, alguna intolerancia alimentaria o diabetes y necesitas ayuda para tener buenas herramientas y llevar a cabo de mejor manera el patrón alimentario que te ha pautado el equipo de nutricionistas, puedo asesorarte de forma personalizada. Soy Gemma Peralta, psicóloga clínica con larga experiencia en casos de restricciones alimentarias. Las visitas pueden solicitarse en nuestra consulta de Barcelona o por videoconferencia desde cualquier parte del mundo